Resumen
La cultura del agua debe ser vinculada de forma especial a las manifestaciones del patrimonio cultural intangible de los pueblos, como las tradiciones orales o escritas, la simbología o los rituales, que conforman lo que llamamos los Imaginarios del Agua. Estos deben ser analizados y deconstruidos a la luz de los nuevos paradigmas, como la hermenéutica y la ecocrítica. De este modo, la mitografía ayuda a perfilar el significado profundo de la cultura del agua ante las nuevas demandas medioambientales, educativas y culturales del siglo XXI, en un contexto donde el agua ya no es solo un recurso estratégico, sino un bien cultural ligado al desarrollo local y a las políticas de sostenibilidad. Por ello, al conocer las tradiciones ancestrales y los imaginarios en torno al agua, y al sensibilizar a los alumnos con los valores plurales de estas manifestaciones culturales ––que siempre van encaminados al respeto y al conocimiento del patrimonio natural y cultural––, contribuimos de forma decisiva a la gobernanza del agua y a la gestión sostenible y responsable de los recursos hídricos, pues sin duda el principal problema de la sostenibilidad será la educación de los ciudadanos.